Tras la exitosa experiencia del doble intercambio del año pasado, esta vez fuimos nosotros los que buscamos rentabilizar nuestro viaje a California con un segundo intercambio norteamericano en Boston. Nos costó un poco dar con alguien que quisiera venir desde esa gran ciudad a nuestro pequeño pueblecillo, pero al fin dimos con una pareja de abogados de Harvard inteligentes y amabilísimos, Stacey Dogan y Gregg Shapiro, que aceptaron nuestro intercambio y disfrutaron como pocos de las singularidades de nuestra zona. Stacey llegó a participar como colaboradora en el certamen de Arte en la Tierra que todos los años se celebra en Santa Lucía.
Por si eso fuera poco, su casa, enclavada en el elegante barrio de Brookline, era una preciosidad de los años veinte, tal y como puede verse en la foto, perfectamente rehabilitada y adaptada a la vida familiar de los dos pequeños de la casa, Rebeca y Oliver.La anécdota del viaje estuvo en que los californianos y los bostonianos se tenían que encontrar en el aeropuerto de Madrid para pasarse las llaves de la casa y nuestro coche, pero el vuelo de los segundos llegó retrasado… Al final nuestra prima María hizo el arreglo mediante un par de llamadas telefónicas para explicar donde habían dejado el coche y las llaves los californianos.
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