Dos profesores de francés, ella española con familia en Zaragoza, nos pidieron intercambiar la casa para poder pasar un verano cerca de los padres de ella. La Isla de Reunión en el océano Indico nos parecía un destino demasiado lejano y exótico, pero al final nos animamos y aceptamos. Nuestra hija Elena y su marido Fernando que hablan francés, vinieron a visitarnos, pasando previamente unos días en la cercana isla de San Mauricio. Obviamente intercambiamos casa y coche. Durante el intercambio tuvieron la mala suerte de que el coche que les habíamos dejado, un Audi4, muy bueno pero algo viejo, tuvo una avería grave, pero lo solucionamos pagándoles un coche de alquiler por el tiempo que restaba para acabar el intercambio. Como la casa en Reunión era su domicilio, el intercambio fue simultáneo; y como el viaje era largo y costoso, el intercambio se extendió desde el 15 de julio al 15 de agosto.
lateral de la casa
fachada al jardín
terraza con vistas al océano Indico
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